Hace muy poco se cumplió un lustro del día en que se decretó el estado de alarma y confinamiento de toda la población. Está en nuestra memoria la fantástica intervención que hicimos con nuestro colectivo que se sintió completamente desamparado. Fueron días intensos con la inquietud propia de desconocer a qué nos exponíamos; sin embargo, nuestra vocación de servicio nos hizo estar ahí, en primera línea, llevando adelante nuestra hermosa labor. Hoy recordamos con cierta nostalgia los encuentros llenos de humanidad, entereza, entrega y gestos humanos que nos calaron el corazón.
Fue tan intensa nuestra actividad que es imposible olvidar y olvidarse de quienes estuvieron allí, donde las circunstancias requirieron. Brindamos un sentido homenaje para quien más o quien menos estuvo presente en este compromiso solidario.